Les dejo esta fantástica grabación del célebre concierto para Piano No.21, con una impresionante cadencia de Nicholas Carter, algo distinto a las versiones más conservadoras y conmovedoras de Ashkenazi (mi favorita, aquí entre nos) o Argerich.
Minucioso fraseo y dinámica muy bien cuidada. Lo mínimo que se espera de un Mozart, ágil, brillante y delicado como el alma de un niño. Excelente versión, la coda acercándose al final es algo arriesgado, diría yo; sin embargo, creo que es bueno escuchar cosas diferentes y de otras sensibilidades. En un estilo más contemporáneo nos expresa una versión de Mozart menos consonante, sin embargo, los motivos que nos señala hacen inconfundible que sea un Mozart.
Sus brillantes escalas, trinos, mordentes y arpegios, una técnica bastante depurada, pero de eso hablaremos después, sin duda, una muestra de la gran comprensión que el pianista posee de aquel eterno Niño Compositor que fue Wolfgang Amadeus Mozart. Disfrútenla.
«Cuando uno toca Mozart solo se puede pensar y sentir una sola cosa:
la alegría de vivir«